

Basado en textos de José Alemán con motivo de cumplirse 500 años de la conquista de Canarias, este álbum también incluye algunos de los temas que han acompañado a Los Gofiones durante mucho tiempo sobre los escenarios: la “Polka del perro bardino”, “Canarias florida”, “La perla” y la ya mítica “Isa a Candidito” son buenos ejemplos. Esta última fue traída al grupo por Santiago Nuez, que la había interpretado con Los Roneros.
Tamarán, Tamarán. Sansofé, Sansofé. Beñesmen, Beñesmen. Una cueva, dos tabonas, una red para pescar, un licor el charcequen, un cardón pa’ embarbascar. Reunidos los ancianos, los guayres deliberan porque a golpe de tambor habían bajado a tierra. Y te armas joven pastor de tus palos y tus piedras y al salir del Tagoror te descuelgas por Guayedra. Demostrarás tu valor y no pienses en que pierdas.
Vera fue el vencedor, matador de la alegría y el soldado triunfador trajo la algarabía. Pues con su dominación introdujo el ajetreo del comercio y la expansión del continente europeo. No entiendes, joven pastor, que el ave puede volar, planear indiferente y no saber del gran terror sembrado por esta gente. Es el Real de Las Palmas del azúcar hervidero y si unos llevan armas, otros portan el dinero. Cavan jornaleros tu feraces huertas y los marineros tienen las puertas abiertas. Es lugar portuario al calor de riscos, llegan carabelas de otros sitios. Son clérigos, extranjeros, hay colonos y moriscos, maestros azucareros y hasta esclavos berberiscos.
Con Holanda sublevada es Europa confusión y nos llegan en bandadas barcos a nuestra región. Van Der Does el pirata aprovecha la ocasión de venir dando la lata con su escuadra en formación. Es año noventa y nueve, es aún de madrugada y ven algo que se mueve navegando por la rada. La flota muy numerosa se arrima pa’ la muralla, la población valerosa le presenta la batalla. Es grande la mortandad y el holandés enojado piensa en la necesidad de no verse quebrantado. Mientras en el Lentiscal, los nuestros bien emboscados observan que por maldad el Real han incendiado. La destruyeron completa, a las naves regresaron y doblando por La Isleta pa’llá lejos navegaron.
Alborán les dio la tierra, los guanches la defendieron de todas las invasiones de los pueblos extranjeros. Con la cruz y con la espada, con la sangre y con el fuego, con engaños y artimañas, con nuestro pueblo pudieron. Tiempos tristes ya pasaron y muy pronto pasarán, como ellos desearon a su esplendor llegará. Esta historia ya contada aquí llega a su final y no es historia acabada porque ya continuará. 500 años pasaron y otros tantos pasarán y si muchos ya marcharon y aquí queda Tamarán.
Que me entierren al morir muy cerca de tu pajar pa’ verte siempre salir lo mismito que al entrar. En flor todos los almendros, en flor en la primavera. En la primavera a unos ojos negros yo les cantaré. No bajes sola a la fuente, si tu novio allí te aguarda, que hay mucho cieno en el fondo aunque estén limpias las aguas. No mires al sol con tus ojos pillos, no mires al sol, que pierden el brillo.
Yo tengo un perro bardino que me trajo un majorero, que no ladra sino muerde, ¡fuerte perro caballero! ¡Ay qué perro bardino ese perro majorero! ¡Ay qué perro bardino, fuerte perro, caballero! Ya tenía buen apetito desde que era monifato y no quedaba en to’a la isla ni conejo, liebre y gato. Desde que él creció un “pisquito”, que ya era un guayete, lo conocían en to’a la isla desde Telde hasta Agaete. Pa’ qué le voy a decir cuando era un galletón, cada día más tragaldabas y a la vez más socarrón. Como era muy molestón cuando era un sollajo, decidió el señor Alcalde de mandarlo pa'l carajo. Y esta es la historia de un perro que me trajo un majorero, que no ladra sino muerde ¡fuerte perro caballero!
Canarias florida, linda tierra mía, te queremos tanto como el sol que brilla sobre tus montañas para darte vida. Quiero cantar lo más lindo de mi tierra aunque bellezas de sobra tiene, pero son siempre folías lo que nuestra alma conmueve. Quiero cantar a mi tierra querida y decirle que nunca la he de olvidar. También nuestros queridos guanches supieron amarla con el alma y aunque murieron apenados sus hijos por el recuerdo, la seguimos amando rogando al cielo que de nuevo florezcan sobre su suelo hombres que la defiendan con el cariño que ellos lo hicieron.
Como aquel buen mozo isleño, no tuvo suerte ninguna. Fue en el Puerto de Las Palmas, salió para hacer fortuna, en las islas se quedaba la mujer que más quería, con la que juro casarse. Si poderoso volvía, al subir al barco dándole un clavel, ella emocionada le decía a él: clavel de la Gran Canaria, igual que mi corazón, ahora yo te lo entrego con un beso de pasión. Cuando estás en tierra extraña, lejos del Nublo gigante, luchando por ser feliz por el beso que en el fondo has de acordarte de mí.
Asómate a tu ventana, cara de luna redonda, que el lucero que te ronda, lucero de la mañana. Para qué me acariciaste diciendo que me querías, si en tú pecho se encontraba otro hombre que me ofendía. ¿Para qué me quieres, para qué? ¿Para qué me engañas? ¿Para qué me dices que vuelva mañana? Y si quieres que te quiera sin que nadie te llegase a comprender, cuando quieras te preparas, que yo siempre estoy dispuesto pa’ correr. ¡Vivan las canciones de Teror! ¡Viva la alegría! En la calle de Correos te compré una zapatillas, zapatillas de charol y el delantal y el vestido blanco y la pañoleta para el carnaval. Mi corazón es un niño que siempre llorando está y si le muestran cariño más sentimiento le da.
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